El presidente del Sojero campeón de Federal A, Bernardo Grobocopatel, decidió fundar el club en agosto de 2011. Cinco años después, jugará la B Nacional y construirá un estadio en el que entrará el 80% de los habitantes del pueblo.
En Carlos Casares, a 300 kilómetros de Buenos Aires, se decía de Bernardo Grobocopatel que "lo tenía todo". Es el primo y ahijado de Gustavo Grobocopatel, el CEO de Los Grobo, la empresa más importante de pools de siembra del país, y maneja una empresa de logística que tiene más de 100 empleados. Pero a Bernardo le faltaba algo. Le faltaba esto.
Esto se llama Agropecuario. Bernardo primero intentó meterse en otro club de fútbol: llevó un proyecto para gerenciar a Huracán de Carlos Casares. Al final, la idea no encajó con lo que los directivos tenían en la cabeza. Entonces, con la fuerza de quienes cuentan con los recursos para hacer lo que se imaginen, fundó su propio club: en agosto del 2011, creó Agropecuario Argentino.
Desde entonces fue una sucesión de ascensos: con cinco años de historia, será el club más joven de la historia en disputar la B Nacional.
"Al principio fue una locura porque nadie funda un club de cero. Hasta mi padre me miraba raro, pero después se empezó a sumar parte de mi familia", detalló Bernardo en diálogo con Radio con Vos.
Con un terreno de 17 hectáreas, el Sojero montó un estadio en el que apenas entran cinco mil personas. Nunca lo llenaron. Lo máximo que lograron llevar fueron unas tres mil a las dos de la tarde de un lunes, en uno de los últimos encuentros en el Federal A, ante Gimnasia y Tiro de Salta. Fue triunfo por 2 a 0.
"Nosotros tenemos hinchada, lo que no tenemos es una barra que se meta a los vestuarios a molestar a los jugadores", se enorgullece y destaca que en el club logran mantenerse económicamente con la venta de entradas y sponsors, lo cual permite tener sueldos al día. Una de esas empresas es Grobocopatel hermanos, el pool de siembra de soja más importante del país, encabezada por su primo y padrino. La otra es Sancor Seguros. "Les vendo las entradas y ellos la distribuyen entre sus empleados o clientes como una forma de promoción, que por supuesto lo cambiamos por la publicidad", detalló. Otra veces, sin embargo, tiene que poner plata de su bolsillo. Y ese dinero "es irrecuperable".
Agropecuario maneja un presupuesto de $700.000 por mes, una cifra abultada para un equipo del Federal A. Ninguno de los integrantes del primer equipo trabaja de otra cosa: todos se dedican exclusivamente al fútbol. Y cobran al día, a tiempo. Sin embargo, el número de asociados es bajo: oscila entre 50 y 100, lo que representa un menos del 0,5% de los 18.000 habitantes que tiene Carlos Casares.
A pesar del humilde contexto, Agropecuario planea su crecimiento veloz para la B Nacional. El estadio para 5.000 habitantes se transformará en una cancha con 15.000 localidades y ocho cabinas de transmisión dispuestas a recibir a los medios de todo el país. Es decir, si todo el pueblo se propusiera ir a ver un partido del sojero, solamente 3.000 quedarían en la calle. Las empresas que aportan capitales se comprometieron a adquirir abonos. El resto del dinero saldría del bolsillo de Grobocopatel.
"Estoy muy emocionado, es que toda la vida soñé con tener un club de fútbol porque mi vida es el fútbol. Tuve la suerte de nacer con todo lo que la gente puede soñar, pero me faltaba esto"
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