El ahora ex arquero de Quilmes, tuvo durísimas declaraciones hacia la dirigencia del Cervecero.
"No estoy dispuesto a seguir conviviendo con el desgaste y a falta de respeto. Nos subieron a un barco en junio con Caneo y Romero y se bajaron todos. Estábamos solos. Se vivieron situaciones de inestabilidad".
"Dije basta, si soy un problema les doy la tranquilidad para que solucionen las cosas sin mi. Me pusieron en el lugar de problemático y quilombero y eso a mi no me gusta".
"No cumplieron la palabra y dijeron muchas mentiras, me mandaron periodistas, amigos y a mi representante a decir que no me querían; hubieran venido de frente".
"Yo pensé que teníamos otro tipo de vestuario. El sábado entendí un montón de cuestiones".
"No éramos nosotros, Chirola, Caneo y yo, los que teníamos credibilidad con la dirigencia. No teníamos un vestuario hermético".
"Entre el sentido de pertenencia y el otro camino, se eligió el otro camino".
"La piña en la pared me arrepiento. Puede ser que era para alguien pero me arrepiento de esa reacción y queda dentro del vestuario. Veía que nos íbamos a estrellar, había que reaccionar".
"No cualquiera es técnico de Quilmes, no sé los argumentos que tuvieron para contratar a Nardi".
"Nos expusieron y nos usaron, nos subieron a un barco y nos dijeron nos vemos en junio. Nos dejaron solos. Sentí que nos trajeron para tapar el descenso, si salia bien bárbaro y si no, sos camarillero, conflictivo".
"Si estábamos todos arriba del mismo barco, Quilmes ascendía".
"No voy a ser una piedra en el zapato de nadie. Con los técnicos que se reunieron les dijeron que tenían que limpiar a Tripodi, como requisito principal. No son armas legitimas, no habla de respeto, valores y valentía para ir de frente".
"Me encantaría volver. Nada de lo que pueda pasar entre un dirigente y un jugador, puede cambiar mi sentimiento por el club".
"El camino para el próximo plantel lo tiene que marcar Miguel, el tiene que llevar la posta".
