“Este es un plantel joven y hay que seguir trabajando con ellos para que entiendan el momento que está atravesando el club. Somos conscientes de que tenemos que mirar de cerca a los promedios, ése será nuestro objetivo de acá hasta el final del campeonato”, analiza Héctor Rivoira sobre la realidad que pasa el Mirasol cuando juega en el Fragata Sarmiento. Afuera, la cosa cambia. “Como visitantes -continúa el DT-, pudimos desplegar otro juego. Jugamos bien en Corrientes y, en Tucumán, fuimos justos ganadores. Estamos más serenos y eso nos hace pensar más los partidos y, así, generar más situaciones de gol”. Lo que viene para el Mirasol es la despedida del año, la semana próxima, contra Huracán en el Palacio Tomás Adolfo Ducó. ¿El objetivo? Es cosechar los 25 puntos tan ansiados justo en campo ajeno.