Luego del 1-4 ante Aldosivi en el reinicio, San Martín recibe desde las 20 a Atlético Tucumán buscando modificar su imagen.
Aunque no sea una partida de naipes, San Martín debe barajar y dar de nuevo. Tiene que dejar atrás el 1-4 inesperado de comienzo de año en Mar del Plata ante Aldosivi y tomar como de kilómetro cero el choque de hoy en el Hilario Sánchez: desde las 20, recibe al complicado y candidato a uno de los tres ascensos, Atlético Tucumán.
Muy lejos del ideal estuvo el reinicio de temporada para el equipo de Juan Manuel Azconzábal. En La Feliz hubo un auténtico waterloo y entonces la misión para recibir al Decano es cambiar la imagen. Hacerse, como es habitual en esta campaña, fuerte en el Pueblo Viejo. San Martín sumó hasta el momento 24 de los 33 puntos que disputó ante su gente (73%) para ser el cuarto mejor en esta tabla de la categoría. Se trata de su mayor argumento para llegar a Primera, porque está claro que el déficit se encuentra jugando de visitante: no ganó en las once fechas y apenas cosechó 4 puntos.
A la goleada sufrida ante el equipo de Darío Franco se le sumó otra pésima noticia: la lesión en los ligamentos del defensor central, Damián Ledesma, quien ya quedó descartado para el resto de la temporada y será operado la próxima semana. Azconzábal entendió que era el momento de meter mano en la alineación inicial y así lo demostró en las dos prácticas de fútbol de la semana, todas realizadas a puertas cerradas por orden del coach. Al ingreso de Deivis Barone por Ledesma, se le sumaron un par de modificaciones tácticas. En el medio, la idea es contar con una mayor generación de juego y por eso irá de movida Michel Covea. El que sale es Matías Silva, un futbolista con mayor marca, pero sin tanta producción en ataque como el venezolano. Dicha variante provocará una modificación táctica pues Leandro González pasará a jugar por la izquierda del mediocampo, cuando en Mar del Plata lo hizo por el sector opuesto. Mientras que arriba, el Vasco apostará por José Vizcarra, saliendo de los once Gastón Caprari, toda una declaración si se tiene en cuenta que el Gato es el segundo goleador del equipo con tres gritos.