Durante la caída del Mirasol contra Gimnasia en una final por la zona baja del descenso, los barras volvieron a dar su nota. En el encuentro, los violentos de la hinchada de Almirante rompieron el alambrado y hasta ingresaron al campo, interrumpiendo el partido cerca de 10 minutos de juego.
No solo eso. Al termino de los 90 minutos, la parcialidad local comenzó nuevos disturbios, donde intervino la Policia con bolas de goma y gases lacrimógenos.
Por estos hechos, podrían suspenderle la localía en el Oeste, en un momento clave de la temporada.