Chicago y Juventud Unida empataron 1 a 1 en Mataderos, con dos golazos de Valdez Chamorro y de Pombo. Si bien el "Torito" sigue complicado y necesita ganar para escaparle al descenso, el empate no le cayó tan mal, cortó una racha adversa de tres derrotas en el debut de Perazzo. Los de Gualeguaychú con el punto están prácticamente salvados y aspiran al reducido, y por qué no soñar con el ascenso directo.
Conformismo. Realismo. Darse cuenta de las limitaciones. Frases que simbolizan el 1-1 entre Chicago y Juventud Unida. Conformismo porque a ninguno de los dos les cayó mal el empate, sobre todo a Juventud que cortó una racha negativa fuera de casa, que se hace fuerte de local y que le escapa al descenso y se mete de lleno en la pelea por el ascenso y por el reducido. Quizás el hincha del "Torito" vea y lea que no le cayó mal el empate y me insulte, claro, Chicago sigue bajando en los promedios y necesita imperiosamente sumar de a tres. Pero acá entre la realidad y el darse cuenta de las limitaciones. Y hoy cuando Chicago se dio cuenta que no lo podía ganar, que había errado las que tuvo, se enamoró del punto, pensó y dijo, "cuando no se puede ganar, no hay que perder". Y justamente Chicago venía de tres derrotas consecutivas y todas con el mismo sello, ir ciegamente por la victoria, descuidar por completo la defensa, y terminar sin nada.
Así lo planteó Perazzo de entrada con un doble cinco natural, Teijo-Palmieri, de poco juego, ninguno que rompa, pero de marca. Valdez Chamorro jugó suelto delante de ellos, y sin responsabilidades de marca, el ex Lanús jugó más tranquilo y haciendo lo que más sabe, manejar la pelota, aunque a veces lagunero, el más claro. Y cuando subía Monteagudo por un lateral, Cosi se quedaba; y viceversa. Orden, cuidar el cero para ir por el 1, premisa clara de Perazzo en esta etapa. Tuvo en Mater al jugador distinto, desequilibrante, explosivo, que con sus arranques podía desbaratar al duro esquema defensivo de la visita.
Del otro lado, Osella sabía que el empate cotizaba en bolsa. Con poco por jugar, 7, 8 puntos de ventaja sobre el lote de los All Boys, Estudiantes, Boca Unidos e Independiente, le da la tranquilidad de la permanencia, aunque matemáticamente no esté asegurada. Y, como Perazzo, también debía parar la hemorragia de derrotas. Pero en este caso, sólo como visitante. Línea de 5, con tres centrales y dos laterales que fueron más de marca que de salida, a excepción de Piaggio que se soltaba más por izquierda y en lo poco de ataque del equipo entrerriano era más medio. Delante de esa línea de 5 bien marcada, dos de marca, con Acuña y Cólzera sueltos, navegando entre el espacio de los centrales y medios locales. El pobre Sosa debatiéndose solitario arriba, con buenos movimientos pero claro, siempre de espaldas al arco y de frente a los bochazos de un equipo que necesitaba descansar en su aguante, pocas veces visto.
Sin ser una tromba (destacamos antes la premisa del cero en su arco), Chicago era mejor. Manejaba la pelota, circulaba de lado a lado, no llegó claro pero tuvo remates y aproximaciones.
En la primera clara de Juventud, escalada de Piaggio, centro al área, un flojo rechazo de Teijo hacia el medio (nunca para el medio), y un gol tremendo de Pombo, de volea a 25 metros del arco directamente al ángulo, pero al ángulo de verdad, de un atónito Requena. Sin volverse loco como la etapa anterior, Chicago siguió yendo. Y encontró el gol del empate en un momento clave, cuando se moría el primer tiempo. Apenas fuera del área, en la medialuna, dudosa falta sobre Avalos, y la polémica de la tarde. Un penal con barrea, pateó Valdez Chamorro fuerte y directo a la barrera, algo que la jugada no pedía. Pero Barraza hizo repetir el tiro libre por adelantamiento de Acuña. ¿Hubo adelantamiento? Sí, leve, pero sí. La ley lo ampara al árbitro, el espíritu de la ley lo deja rengo, porque fue muy leve. Revancha para Chamorro, y revancha con éxito. Ahora sí, la pinchó y la puso al ángulo de De León que nada pudo hacer. 1 a 1 y a las duchas, con todo el equipo, Osella incluido, protestando ante las narices de Barraza.
En el segundo tiempo, el dueño de casa tuvo sus primeros quince para ganarlo. Un Juve más dedicado a cuidar el empate que a buscar alguna contra, se refugió cerca del golero. Desbordaba Mater seguido y desde allí nacieron las situaciones de gol del verdinegro.
Avalos definió un centro atrás pero De León respondió con los pies, el mismo De León le ahogó un mano a mano a Valdez Chamorro, y Avalos de un pelotazo de González se fabricó bárbaro con el pecho una situación clara, pero el apuro y las ansias de marcar lo hicieron apurar al paraguayo que de aire la mandó por arriba.
Pasados los 20 salió Mater para la entrada de Gomito. Sorprendió el cambio, pero después Perazzo lo explicó bien, "estaba con una dolencia en la espalda y en los aductores, no lo vi retroceder bien y preferí poner gente fresca para no perderlo de contra como ante Instituto"…léase, realismo, darse cuenta de las limitaciones.
No entró bien Gomito, errático y fácil presa para la defensa visitante. Aunque de tiro libre casi anota el 2-1, de no ser por De León. El partido quizás pedía más a Vázquez por uno de los cinco, para poder romper desde el medio ante un rival que ya no proponía atacar.
Osella sacó a los dos distintos, que hoy poco hicieron, Cólzera y Acuña. A la cancha el pelado Sagarzazu y Quiroga para jugar con medio más aguerrido y meter dos puntas más definidos, no tanto pensando en atacar sino en contener a la defensa y partir al local.
Faltando quince firmaron el empate tácito. Al de Gualeguaychú le venía bárbaro, y Chicago se dio cuenta que no lo podía ganar y prefirió sumar de a uno.
A veces, de eso se trata, de ir paso a paso, de conocer las limitaciones y las urgencias. De dar pasos chicos para no tropezar. "Hay que caminar antes de empezar a correr", dice una letra de Calamaro, para no chocar de frente, para asegurar el primer paso y después, sí, pensar en crecer y cumplir los objetivos. Cada uno los tiene claro. Uno necesitaba dejar de perder, sumar, confiar nuevamente en sí mismo y armar base. El otro sólo necesitaba sumar, poco pero sumar, el recorrido largo ya lo había hecho, y ahora descansa en eso para saber que la tarea está cumplida.
SINTESIS
NUEVA CHICAGO (1): Leandro Requena; Julián Cosi, Adrián González, David Achucarro, Juan Cruz Monteagudo; Norberto Palmieri (88, Alexis Vázquez), Leandro Teijo; Facundo Mater (74, Christian Gómez), Jorge Valdez Chamorro (92, Favio Brizuela), Lucas Baldunciel; Gabriel Avalos. DT: Walter Perazzo.
Suplentes: Augusto Bottini, Leandro Gioda, Gabriel Miceli y Alejandro Aranda.
JUVENTUD UNIDA (GCHU) (1): Lucas De León; Daian Vocos, Paolo Impini, Ricardo Villalba, Matías Marchesini, Rubén Piaggio; Claudio Pombo, Franco Leys; Ariel Cólzera (59, Sergio Sagarzazu), Walter Acuña (65, Marcos Quiroga); Sebastián Sosa Sánchez (85, Sebastián Vivas). DT: Javier Osella.
Suplentes: Emilio Crusat, Nicolás Trejo, Leonardo Larrea y Juan Domingo Sánchez.
GOLES: (36) Claudio Pombo (JU) y (45) Jorge Valdez Chamorro (NCH).
AMONESTADOS: Valdez Chamorro (NCH); Impini, Acuña, Villalba (JU).
EXPULSADOS: No hubo.
INCIDENCIAS: No hubo.
LA FIGURA: Facundo Mater (NCH).
ARBITRO: Julio Barraza (regular).
ASISTENTES: Juan Manuel González y Juan del Fueyo.
ESTADIO: Nueva Chicago.
CAMPO DE JUEGO: Bueno.
PUBLICO: 8.000 personas aprox.