El equipo del Beto Acosta derrotó a Atlético Paraná por 2 a 1, con un golazo épico de Matías Marchesini, quien a punto de salir por una lesión, le pidió al DT ir a cabecear y convirtió cuando faltaban 4 minutos para el final. Si el domingo gana el clásico frente a Gimnasia en Concepción del Uruguay, la próxima temporada jugará en la B Nacional.
Era el partido para sumar de a tres. Juventud ya había rescindido varios puntos y, pese a estar primero de la Zona 4 desde el comienzo del torneo, tenía el aliento en la nuca de varios que querían quitarle el lugar. De entrada se sabía que no era una parada fácil. Sin embargo, el equipo del Beto Acosta sacó chapa de candidato desde el pitazo inicial y con fútbol, presión en toda la cancha y la garra inconfundible de uno de los históricos que tiene el Decano, el eterno Matías Marchesini, pudo ganarle a Atlético Paraná por 2 a 1 en Gualeguaychú y volver a entusiasmar a los hinchas con la posibilidad concreta de un nuevo ascenso de categoría… Esta vez, a la B Nacional.
Ya no caben dudas que a Juventud todo le cuesta un poco más, que para lograr lo que se propone tiene que sufrir a veces más de la cuenta y que cada campaña que emprende tiene que tener una pincelada épica. Y, claro está, a dos fechas del final la historia no iba a cambiar.
El minuto clave fue el 41 del complemento: Atlético copaba el terreno de juego de Juventud, quería llevarse una victoria a la capital provincial, lo empujaba casi al borde de su área y, aunque la defensa se mostraba sólida, el cansancio y el calor hacía lo suyo. Además, el capitán del Decano estaba en una pierna (había trabado fuerte y sintió un tirón en los gemelos). A tal punto que miró al banco y pidió el cambio. En la mitad ya estaba Esteban Paiz para ingresar por él, pero los del Beto tenían un córner. Marchesini miró al DT y le pidió que lo dejara ir a cabecear antes de dejar la cancha: "Una más y me voy", le dijo confiado, como sabiendo que podía darle la gran alegría a su gente. Y así fue: Llegó el centro desde la derecha, ganó de cabeza y venció a Serrano para poner el 2 a 1 definitivo. El estadio explotó, con una dificultad visible, a los saltos, se abrazó con todos y demostró una vez más que con ganas y eso que hay que tener se puede revertir cualquier situación.
Pero antes hubo un partido con dos esquemas totalmente diferentes. Juventud buscando la victoria desde el minuto inicial con Pombo y Bandiera desbordando permanentemente por los laterales, mientras que los de Cervilla presentaron un dibujo táctico más bien conservador con 4-4-2, con Lisandro Alzugaray y Fernando Tincho Benítez en el ataque.
A los 5 minutos, Juventud tuvo la primera chance de abrir el marcador con un cabezazo de Matías Marchesini que ya asomaba como la figura de los de Gualeguaychú que se fue muy cerca del ángulo derecho del arquero. El Decano fue y fue en busca del gol.
Gonzalo Rodríguez sorprendió con un tiro de esquina olímpico que dio en el palo cuando Serrano ya estaba vencido y solo la veía pasar. También probó de tiro libre y esta vez lo exigió al Uno de Paraná que con un manotazo la sacó al córner. De ese tiro de esquina, vino otro frentazo de Marchesini que rebotó en el palo cuando Serrano ya estaba entregado.
Atlético intentó salir del peloteo que le propuso Juventud, pero sin ideas y menos aún efectividad. Algunos chispazos de creación de Alzugaray, pero no le alcanzó al Gato paranaense. Lo tuvo también Neri Bandiera, pero el remate del rosarino rebotó en el travesaño y se perdió afuera.
A los 30, Acosta tuvo que hacer una modificación obligada ya que Claudio Pombo sintió una molestia y tuvo que ser reemplazado por Rubén Piaggio.
Juventud comenzó a regular la intensidad de sus ataques debido al calor, pero de igual manera fue el claro dominador del primer tiempo que termino en cero.
En el comienzo del complemento, Juventud siguió con el dominio de la pelota, aunque por momentos se la prestó a Atlético. De tanto ir al área visitante, a los 11 llegó el gol: Tiro de esquina desde la derecha, en el área una serie de rebotes y pífias, la tomó el Piru Fornillo y como venía le pegó al otro palo de Serrano.
El gol levantó al equipo, pero a los pocos minutos, un error en la mitad de la cancha le permitió a los paranaenses llegar al empate. Entre Alzugaray y Benítez habilitaron al recién ingresado Nicolás Ledesma, quien con el arco vacío la mandó a guardar.
Juventud con orgullo fue a buscar la victoria y a los 41 lo consiguió con el heróe de todos en ese lío: Matías Marchesini.
Ahora restan solo dos fechas. Si el domingo Juventud le gana el clásico a Gimnasia en Concepción del Uruguay, una vez más el Beto Acosta hará historia y conseguirá un nuevo ascenso. La ilusión decana está intacta. Habrá que esperar.
