El 9 del conjunto cerrense marcó los tres goles y se convirtió en el máximo artillero del torneo con 15 conquistas. Al de San Luis no le convertían esa cantidad o más desde el 1 de diciembre de 2019: pasaron 74 encuentros.
“Hoy merezco un permitido, déjame comer un chocolate, te juro que va a ser uno solo”, le dijo, a la pasada y cuando se dirigía a donde estaban festejando sus compañeros, Juan Martín Amieva a la nutricionista del plantel de Sansinena Florencia Segal.
La profesional, cubriéndose de la lluvia, solo respondió con una sonrisa. Hasta ella misma se dio cuenta que, esta vez, el “Tanque” podía sobrepasar el límite de la tentación después de la descollante actuación que había tenido bajo el agua, en el barro y en una cancha que terminó con charcos por todos lados.
En esas condiciones, el de General Daniel Cerri venció 3-1 a Juventud Unida Universitario de San Luis, sigue prendido en la zona de clasificación y obtuvo el primer objetivo fijado a principios de la temporada: la permanencia en la categoría.
De antemano, el albirrojo sabía que a su escenario llegaba el equipo con menos goles en contra del grupo, el rey del empate, y el estado del campo de juego, donde el balón viajaba a la velocidad de la luz, lo ayudó aún más para hacerlo sentir incómodo.
El visitante resbaló más de la cuenta y el dueño de casa lo apuró hasta en los saques laterales. La estrategia fue simple: bola larga para forzar el error ajeno y toques cortos por los sectores donde no se había estancado agua y la de cuero circulaba como los protagonistas querían. En ese aspecto, sacar ventaja de la localía ya era un punto a favor frente a un rival como el de esta tarde, indócil, rebelde y que fue corajudo con un 4-1-4-1 a rajatabla.
Con Antú Hernández en la nueva posición de 6, cubriendo bien los espacios y no dejando que los del fondo lancen para el único referente de la ofensiva (Jonathan Vera), los de Darío Bonjour llevaron a cabo una perfecta tarea de prevención. Claro, como estaba el piso, cualquier detalle te podía dejar mal parado y en situación desesperante.
En cada salida de Juventud, Durán marcaba el pase al volante central más retrasado (Gatica) y la presión encabezada por Amieva también tenía a Sergio Suárez y Gabriel Sarmiento como laderos en el frente de batalla.
La insistencia tuvo su premio a los 22 minutos, en una acción donde el árbitro Joaquín Gil confundió a todos cobrando tiro libre cuando había sido penal y penal cuando no había sido mano. ¿Me entendió? Franco Rodriguez sacudió al arco, la pelota dio en el brazo extendido de Ojeda y el referí, rapidísimo, sanciónó la infracción, pero señaló el borde del cuadrante mayor cuando el 6 del auriazul estaba, sin temor e equivocarme, un metro y medio dentro del área. Era penal, no tiro libre directo.
Sigo: de ese tiro libre, Amieva, en una jugada preparada, se la levantó a Franco Rodriguez, quien disparó antes de que la barrera se le venga encima; Jonathan Vera fue a tapar y la pelota le dio en la mano que tenía pegada al cuerpo y con la que se había cubierto la zona genital. No era penal.
Después de los reclamos, Amieva, que ya había estrellado un esférico contra un poste, cambió por gol y a otra cosa mariposa.
El “tripero” se sentía a gusto en el partido: Sergio Suárez hacía “patito” en el agua, las descargas de Amieva siempre surtieron efecto y todos entendían que la que debía correr era la bola y no el equipo.
A todo eso, le agregó carácter, garra e intensidad, lo que en definitiva terminó de sacar de eje al elenco puntano.
En el segundo período, cuando las faltitas más chiquitas (Joaquín no fue nada “Gil” para amonestar y repartir retos solo para el lado del forastero) eran para el que iba ganando, el trámite se desordenó, se llenó de piojos y rebalsó de imprecisiones.
Y a río revuelto… Ganancia del “pescador”: Balmaceda sacó un remate alto, Guarracino se estiró para manotear, la pelota fue hacia arriba, picó atrás del cuerpo del arquero y se metió mansamente hasta el fondo de la red.
En ese momento, Juventud, que había cambiado a los dos centrales en el entretiempo, sincronizó las ideas, encontró seguridad en el traslado y fue equilibrado en el balance cada vez que pasó de defensa a ataque y viceversa.
Sin embargo, Amieva estaba on fire y se lo hizo saber. Cuando las piernas habían empezado a pesar, cuando el barro ya molestaba hasta en las orejas, el cerrense eligió la cancha de arriba y y no se equivocó: córner de Franco Rodríguez, la bajó Fiol y la empujó Amieva para el 2-1, y centro de Gabriel Sarmiento de la otra punta y frentazo esquinado del ex Cipolletti para el 3-1.
Inyección letal para un equipo que no perdía por tres o más goles desde el 1 de diciembre de 2019, cuando Deportivo Madryn lo goleó 4-1 en el Sur. Pasaron 74 encuentros, aunque dudo que aquella vez haya sido atropellado, arrasado y devastado por un “Tanque” incontrolable, que no es de guerra pero que te agujerea a goles. Juan Martín Amieva sigue demostrando que Sansinena, a este nivel, no se equivoca con los 9.
La síntesis
Sansinena 3 (4-1-3-2)
Guarracino
M. Núñez
Fiol
T. Hernández
Wagner (c)
F. Rodríguez
S. Suárez
Recalde
G. Sarmiento
Durán
Amieva
DT: Darío Bonjour
Juventud Unida 1 (4-1-4-1)
Cosentino
Figueroa
Baroni
Ojeda
H. Sosa
Gatica
Balmaceda
M. Sosa
Gobetto (c)
Herrera
J. Vera
DT: Alexis Mateo
PT. Gol de Amieva (S), de penal, a los 24m.
ST. Goles de Balmaceda (J), a los 13m. y Amieva (S), a los 30 y 43m.
Cambios. 76m. J. Nieto por Recalde y T. Segovia por Durán, en Sansinena; 45m. Giménez Sosa por Baroni, E. Garro por Ojeda y T. Garro por J. Vera y 71m. Arno por M. Sosa, en Juventud.
Amonestados. C. Giménez (79m., sentado en el banco), en Sansinena; Ojeda (19m.), J. Vera (22m.), Baroni (32m.), T. Garro (46m.) y Giménez Sosa (61m.), en Juventud.
Arbitro. Joaquín Gil.
Cancha. Sansinena.